Charlotte Stahl, de 24 años, haría cualquier cosa por su hermano mayor, Ian. Después de todo, él había hecho todo por ella al crecer. Jugó al Burken con ella, un juego de escondite que inventaron de niños. La consoló cuando su madre los abandonó. La crió cuando su padre fue a la cárcel por asesinato. Para Charlotte, Ian es la única razón por la que sigue viva: él es su roca. Así que cuando Ian le pide jugar al Burken en los aislados bosques de Cadillac, Michigan, Charlotte siente que le vendría bien la nostalgia y está de acuerdo. Además, no han jugado a este juego desde la infancia. Burken es lo único que nunca cambia...
...Hasta que Ian amenaza con matarla en medio del juego.
Algo más que las reglas han cambiado a medida que el hermano se convierte en el depredador, la hermana se convierte en presa, y ella navega a pie por los bosques del norte de Michigan con nada más que la ropa y un blanco en su espalda. Si Charlotte quiere seguir viva, sabe que tiene que desentrañar la red de su tormentoso pasado para descubrir dónde se torcieron las cosas y hasta qué punto ha perdido de vista la realidad. Sin otra opción que reabrir viejas heridas y con Ian en su camino, Charlotte aprende que a veces el mal tiene que manifestarse para que el bien tenga éxito. Lo que le hace preguntarse... ¿Ian es realmente un monstruo? ¿O su salvador?
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