Las apuestas estaban subiendo…
En tanto que hijo no reconocido del lujurioso lord Westleigh, John Rhysdale se vio obligado a ganarse la vida jugando en las calles. Y con el tiempo se convirtió en propietario de la más excitante casa de juego de todo Londres.
Siendo como era testigo cada noche de la disipación y desenfreno de la alta sociedad, Rhys prefería vivir en sus márgenes, cuando una misteriosa dama enmascarada apareció en su vida.
Lady Celia Gale, conocida como madame Fortuna, parecía encajar a la perfección con Rhys, naipe a naipe y beso a beso.
Pero las apuestas subieron cuando este descubrió que ella procedía precisamente del mundo que tanto despreciaba…
Las verdaderas cicatrices estaban ocultas?
La misteriosa pianiste constituía la nueva atracción del Club de la Máscara, capaz de cautivar a los clientes con su inolvidable música. ¿Cuál era la verdadera
identidad de la dama que se ocultaba detrás de la máscara?
Solamente Xavier Campion, el nuevo gerente del club, reconoció a Phillipa Westleigh, la dama con la que en otras circunstancias había bailado. Preocupado por su seguridad, Xavier la acompañaba cada noche a su casa.
¡Pero cuando sus paseos a
la luz de la luna fueron descubiertos, la única protección que pudo ofrecerle
Xavier fue el matrimonio!
Él iba a odiarla.
Cuando la bella y desventurada Dafne, lady Faville, fue rescatada de un devastador incendio, se quedó horrorizada al descubrir que su salvador era Hugh Westleigh.
¡Un hombre que tenía todos los motivos del mundo para despreciarla!
Pero Hugh se había quedado ciego y Dafne debía cuidarlo y devolverle la salud.
Incapaz de ver, Hugh se vio inmediatamente seducido por su tentador aroma y por la dulzura de su contacto.
Por primera vez, Dafne se sintió verdaderamente deseada por sí misma.
Pero cuando Hugh recuperara finalmente la visión,
¿Encontraría ella el perdón en sus brazos?
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