Ella acabó a merced del único hombre capaz de hacer que se sintiera ella misma
Arabella Cameron estaba aterrada la mañana de su boda. Sin embargo, si el conflicto entre los Cameron y los Mackintosh se terminaba por el hecho de que se casara con un hombre al que no amaba, ella cumpliría con su deber. Eso hasta que Brodie Mackintosh, desterrado por su propio clan, entró en sus aposentos y se la llevó a las montañas.
Brodie sabía que Arabella tenía motivos de sobra para odiarlo, pero un beso furtivo consiguió que esos enemigos declarados se lo replantearan todo. Además, cuando su prometido la reclamó, Brodie tuvo que luchar con toda sus fuerzas por ella.
Un pacto... una novia... ¡un secreto que nunca podría desvelarse!
Cuando Eva MacKay se enteró de que su padre iba a casarla con un guerrero de un clan vecino, solo pudo escaparse y llevarse sus secretos más sombríos. ¡Ya tenía la libertad al alcance de la mano!
Rob Mackintosh, leal a su clan, siguió el rastro de su novia fugitiva... y se quedó atónito por los fuegos artificiales que
saltaron entre ellos. Detrás de la sonrisa tímida de Eva había una belleza obstinada y Rob supo que, independientemente de todo, su matrimonio iba a estar lleno de sorpresas.
Estaba prisionera en sus brazos…
Niall Corbett, un forajido sin escrúpulos, no era lo que parecía a simple vista. A pesar de su fama de despiadado, tenía una misión que debía defender con su vida, una misión que implicaba hacer prisionera a la hermosa Fia Mackintosh… solo para protegerla.
Fia había soñado que un impresionante habitante de las Tierras Altas se la llevaba, pero nunca que una banda de forajidos la secuestrara. Si bien la cabeza le pedía a gritos que huyera, el corazón le latía demasiado deprisa por su captor, un hombre en el que no debería confiar.
Estaba prisionera en sus brazos…
Niall Corbett, un forajido sin escrúpulos, no era lo que parecía a simple vista. A pesar de su fama de despiadado, tenía una misión que debía defender con su vida, una misión que implicaba hacer prisionera a la hermosa Fia Mackintosh… solo para protegerla.
Fia había soñado que un impresionante habitante de las Tierras Altas se la llevaba, pero nunca que una banda de forajidos la secuestrara. Si bien la cabeza le pedía a gritos que huyera, el corazón le latía demasiado deprisa por su captor, un hombre en el que no debería confiar.
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