Siempre la había amado, aunque ella nunca lo supiera. Crecer como amigo de Avery fue la parte más difícil, especialmente cuando todo lo que quería hacer era reclamarla como mía. Pero yo era ese chico torpe y friki con gafas de montura negra, un paria social. El tiempo y la distancia nos habían separado, pero nunca la olvidé. Mi amor por Avery nunca disminuyó. Solo creció.
Ahora de vuelta en la ciudad trabajando como bombero, y dudo que ella me reconozca. Soy grande, fuerte y confiado, muy diferente de quien era hace tantos años. Verla nuevamente después de tanto tiempo me hizo entender que ha pasado demasiado tiempo. Sé lo que hay que hacer. Necesito hacerle saber a Avery que es mía y que nada ni nadie me impedirá reclamarla.
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