Ella es la humana destinada a destruir su mundo.
Él es el rey Fae enviado a matarla.
Se suponía que no debía enamorarse de ella.
Se suponía que ella no era su compañera predestinada.
Se supone que el vigésimo primer cumpleaños de todos es algo para recordar. Un hito, un paso hacia la verdadera edad adulta. Mi cumpleaños fue cuando todo cambió. Ese fue el día en que aparecieron los hombres. A donde quiera que iba, me miraban, acercándose, tratando de encontrar un segundo cuando estaba sola. Todos querían lo mismo: capturarme y traerme de vuelta a su mundo.
Pero uno era diferente: oscuro, misterioso y sexy, se destacaba del resto. Y había venido por mi sangre.
Todos nacen con un propósito en esta vida. Siempre lo he sabido. Tan pronto como una persona respira por primera vez, está dotada de un significado, una búsqueda. Es lo que los define, lo que los impulsa.
Durante veintiún años, pensé que sabía lo que era para mí. Luego todo cambió. Ahora sé ese propósito. Ella. La mujer para la que estoy destinado a vivir y aquella por la que daría mi vida.
Próximos libros:
Subirán los demás?
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