domingo, 30 de diciembre de 2018

Victorious Vikings - Joanna Fulford


Lady Elgiva, hermosa y valiente, era un trofeo tan apetecible como la tierra que ya dominaban los vikingos. El jefe Wulfrum se había quedado con sus posesiones y también se quedaría con ella, sería su esposa aunque no quisiera.
Wulfrum era un guerrero de leyenda, pero la tenaz Elgiva sería la prueba más difícil que jamás había tenido que afrontar. Sin embargo, su reacción cuando la tocaba le indicaba que sentía la misma pasión devoradora que él. Esa batalla arrolladora sólo podía terminar de una manera…


Su vida había quedado destrozada y Wulfgar Ragnarsson había decidido vivir solo el momento, engañando a la muerte y forjándose una leyenda como mercenario. Su corazón se había hecho de hielo, pero lady Anwyn, una valiente viuda que necesitaba su protección, estaba haciendo que el hielo se derritiera.
Anwyn estaba dispuesta a arriesgarlo todo con tal de salvar a su hijo, y aquel guerrero vikingo le iba a enseñar que no todos los hombres eran unos monstruos, aunque él parecía incapaz de amar…


Estaba consumido apartes iguales por la venganza y el deseo.
Desde que su enemigo lo capturó y lo encadenó como si fuera un perro, Leif Egilsson solo tenía una idea en la cabeza: vengarse. No volvería a dejarse engañar por la belleza de la traidora Astrid, y su inocencia, que él tanto deseaba, sería suya.
Durante su huida, el orgulloso vikingo se propuso conseguir que ella pagara el precio de su traición… ¡en el lecho! Sin embargo, no sabía que Astrid también tenía el corazón de una guerrera, y que no se dejaría domesticar tan fácilmente como él pensaba…


Sería una esposa muy combativa…
Lara Ottarsdotter era una muchacha pelirroja con mucho genio. Su habilidad para el manejo de la espada había ahuyentado a muchos pretendientes. Un día, el guerrero vikingo Finn Egilsson llegó buscando venganza para un enemigo común, y el padre de Lara, en su desesperación, le ofreció barcos y hombres de apoyo a cambio de que hiciera a Lara su esposa.
Finn no tenía ganas de pasar otra vez por el matrimonio, pero su esquiva novia encendió toda su pasión con un solo beso. Por su valor, estaba claro que Lara nunca iba a rendirse en la batalla, pero muy pronto Finn se dio cuenta de que lo que deseaba realmente era su rendición y su entrega… en el lecho conyugal.

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