Puedes llamarme arrogante tanto como quieras. Pero cuando eres el mejor en lo que haces y tienes el mejor restaurante de la costa oeste, con suficientes estrellas Michelin para hacer girar la cabeza de Gordon Ramsay, te has ganado el derecho a tu confianza.
Cuando doy instrucciones en la cocina, no es una sugerencia, es una orden. Entonces, cuando un nuevo chef cree que puede hacer las cosas a su manera, y se atreve a decirlo a mi cara, ni siquiera su ingenio agudo y sus hermosos labios carnosos lo hacen bien.
Pero debo admitir que ella tiene talento. Es creativa en la cocina y ni siquiera esa chaqueta de chef cruzada puede ocultar su cuerpo perfecto. A medida que la conozco, no puedo evitar querer saber todo lo que ella piensa. Nunca he conocido a un chef más talentoso. Y nunca he conocido a una mujer más sensual y sexy en mi vida.
Cuando doy instrucciones en la cocina, no es una sugerencia, es una orden. Entonces, cuando un nuevo chef cree que puede hacer las cosas a su manera, y se atreve a decirlo a mi cara, ni siquiera su ingenio agudo y sus hermosos labios carnosos lo hacen bien.
Pero debo admitir que ella tiene talento. Es creativa en la cocina y ni siquiera esa chaqueta de chef cruzada puede ocultar su cuerpo perfecto. A medida que la conozco, no puedo evitar querer saber todo lo que ella piensa. Nunca he conocido a un chef más talentoso. Y nunca he conocido a una mujer más sensual y sexy en mi vida.
Solo hay una forma en que este empujar y tirar puede terminar.
Con ella en mi cama, rogando por más.
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