Como presidente del Sin City Outlaw Motorcycle Club, follo tan duro como conduzco mi moto y rara vez me acuesto solo.
Las mujeres son promiscuas y la violencia es intensa.
Me destaco en ambas.
Las personas me respetan o me temen.
No soy arrogante.
Es la verdad.
Yo era un rey, imperaba sobre Las Vegas sin complicaciones, hasta que una dulce sheriff hizo que todo se viniera abajo.
Cuando la vi, me convertí en un Neanderthal, deseando nada más que estar entre esas piernas.
Supongo que ahí fue donde me equivoqué, porque mi realidad se fue a la mierda muy rápidamente.
Un beso la indujo a cruzar esa línea azul.
Una noche en su cama me convirtió en un traidor.
Y ahora... los dos estamos jodidos.
Soy un Outlaw, un delincuente. No me enamoro y segurísimo que no huyo... hasta Jillian McAdams.Me enamoré de una sheriff que respeta la ley, rompí mis votos a mi propio club y laenemisté con su familia policial.Un forajido y una sheriff, solo pueden terminar de una manera… en unpandemónium.Ahora ambos tenemos que pagar el precio máximo por traicionar a nuestras familias.Juré matar a mi hermano, que juró lealtad a otro club, si alguna vez lo volvía a ver.Sin embargo, aquí estoy huyendo hacia él con la esperanza de salvar la vida deJillian...Ambos tendremos que reescribir las reglas que conocemos para permanecer vivos.Incluso si eso significa perder todo lo que teníamos al hacerlo...
Ser el Vicepresidente del Sin City Outlaws Motorcycle Club viene con sus beneficios adicionales. Respeto, poder y mujeres fáciles cuando me da la gana.
Llevo la batuta en todo lo que hago.
Por eso, no esperaba que mi presidente me asignara la tarea de niñera, y de una hembra policía de todas las malditas personas.
Yo mato a los policías, no los protejo.
Alessandra finge ser una buena persona que se esconde detrás de esa brillante placa. Pero yo veo la oscuridad bailando en sus ojos, y eso me atrae hacia ella de la peor manera.
Quiero devorar ese proceder inocente, desviarla del camino de la justicia y meterla en mi cama.
Simplemente no esperaba el puñado de secretos que obtuve detrás de esa placa de honor que arranqué de su pecho.
Porque ahora, estamos juntos tomando represalias contra un enemigo común.
Soy un animal, un miembro del Sin City Outlaws MC que no es capaz de sentir compasión humana. Eso me han dicho de todos modos.
Raven es una prisionera de mi club. Me ordenaron quebrarla. Debería ser fácil dada mi historia violenta. Pero estar tan cerca de una mujer, de esta mujer, por primera vez en mucho tiempo, es como compartir compañía con el demonio Lilith.
Ella es mi juguete perfecto. Está llena de una rabia oscura. Bendecida con una belleza perfecta. Pecaminosamente dulce y perversamente divina. Todo en ella invoca los demonios en mi interior.
Quiero escuchar sus gritos. Quiero que esos ojos grandes y oscuros me contemplen, suplicándome misericordia en silencio. Quiero ser su cielo... y su infierno.
Mi deseo por ella está prohibido. Mi enamoramiento es ilícito. Estoy traicionando a mi club.
Y si el precio de mi pecado es la muerte, entonces esta mujer va a conseguir que me maten.
Como delincuentes o como oficiales de la ley, parece ser la forma en que
Zeek y yo vivimos nuestra relación.
Soy la sheriff, y él es el delincuente, el Outlaw presidente de un importante MC.
Esta Navidad, tengo que escoger un bando.
¿Honro mi placa como nací destinada hacer, o cruzo mi línea de azul y mi hombre está en casa para Navidad?
Soy Mac, el tío tecnológico del Sin City Outlaws MC.
Cuando se trata de tecnología, no hay lectura entre líneas o emociones para descifrar.
Prefiero dos tipos de interacciones con las personas, follar o matar.
No hay confusión entre una mujer jadeando cuando la follo, o alguien jadeando por su último aliento mientras lo estrangulo.
Entonces, Simone Ray entra en mi vida con sus tristes ojos marrones, hermosos labios y embarazada de un niño que posiblemente podría compartir la sangre de un hermano caído.
Soy la última persona que debería jugar a ser padre.
Soy un motero y no un ejemplo a seguir, pero estar con una mujer que no es nada sencilla y está muy lejos de ser una chica del club, agita un vendaval de caos del que no puedo escapar.
Me ordenaron protegerla...
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