No vinieron del mismo mundo...
Nacida en una familia de la realeza mafiosa, Lucía Marcello ya estaba destinada a triunfar. No quería nada en absoluto, hasta que lo conoció.
Nacido de padres pobres que nunca se preocuparon, Renzo Zulla ya estaba destinado a fracasar. Ha luchado por absolutamente todo, pero ella será su mayor lucha hasta ahora.
Ella es de la alta sociedad de los suburbios de lujo.
Él es un traficante de drogas de los barrios bajos de Nueva York.
No estaban destinados a ser nada... hasta que lo fueron.
¿Qué se necesitaría para cambiar una vida, una perspectiva completa? ¿Todas las cosas que pensabas que sabías y querías?
Para ellos, tomó treinta y seis días.
Y el privilegio de conocerse.
No deberían haberlo hecho.
No encajan.
Pero al amor no le importa.
Cinco años, ese era el trato. Renzo Zulla renunció a cinco años de su vida para pagar una deuda con una organización que sólo quería romperlo antes de que pudieran hacerlo. A su manera, sus reglas. No se mueve sin su consentimiento, incluso si su último trabajo lo pone justo delante de ella. Pero los cinco años casi han terminado, y él sabe exactamente a dónde ir primero.
El amor no sigue las reglas...
Con el corazón roto y solo, así es como sobrevive. Lucía Marcello está viva, pero una parte de ella todavía se siente muerta sin él. Ha pasado demasiado tiempo huyendo de su pasado y del dolor que constantemente mantiene fuerte porque es más fácil que odiar a las personas que lo causaron. Pero la vida tiene una forma de traerte de vuelta cuando tu corazón nunca lo hará.
El amor no se desvanece...
Pero el tiempo no significa nada, y para siempre podría ser sólo una ilusión para ellos. Porque donde el destino no entra, la realidad sí. Si el odio es un juego que juega con su corazón, y el desprecio es el juego que juega con su mente... ¿dónde deja eso a el amor?
A Las vendettas no les importa el amor.
Ahora está en manos de Dios.
Al borde de la edad adulta, con las decisiones que vienen con él mirándolo a la cara, Diego tiene una decisión que tomar. Arriesgarlo todo para perseguir un sueño a lo largo del país o tomar la ruta más segura que todos los demás elegirían para él. Cree que sabe lo que quiere.
Pero, ¿lo sabe realmente? La vida siempre tiene una lección que enseñar. Cuando te balanceas en la cúspide de algo grande... salta.
De cabeza. Y sin miedo.
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