Misterioso, apuesto y sensual, Lord Brand Risande -conocido como El Apasionado- es la tentación encarnada. Sin embargo, sus proezas en el campo de batalla y en la recámara esconden un amargo secreto: la traición que ha sellado su corazón.
Lady Brynna Dumont tiene un compromiso con su pueblo, y busca un camino para salvarlo: enamorar a Lord Brand, el caballero normando enemigo que venció a su padre. Preparada para enfrentar a una bestia insensible, Brynna se encuentra en cambio con un sinvergüenza endemoniadamente atractivo que la ignora. Basta para aguijonear el orgullo de cualquier dama... y fortalecer su decisión. Inocente como es, deberá usar todo su encanto para vencer a Lord Brand en la única batalla digna de ser peleada: la batalla por su amor.
El encantador lord Dante Risande está acostumbrado a vencer la resistencia de todas las mujeres. Sin embargo, hay una mujer que parece desafiar este hábito: la bella sirvienta Gianelle Dejiat.
Gianelle no quiere someterse a ningún hombre, ni siquiera a ese guerrero con ojos de plata que le habla con tanta ternura. Desea ser libre, y se niega a ser un número más en la larga lista de las conquistas de Dante. Su rechazo no hace más que avivar el interés del conde por ella.
El noble normando, hombre de confianza del rey, debe investigar un asesinato del que Gianelle es la principal sospechosa. Sin embargo, porque cree firmemente en la inocencia de la mujer, arriesgará todo para probarlo. Gianelle, a su pesar, deberá confiar en él.
Lady Tanon se ve obligada a desposarse con un salvaje príncipe galés, pero ella no quiere ser el premio de un bárbaro.
Por orden del rey, lady Tanon Risande debe desposarse con un salvaje príncipe galés. Pero la testaruda Tanon tiene otras intenciones, y ninguna de ellas supone rendirse al príncipe Gareth ap Owain. Aun así, no puede dejar de notar que las damas de la corte suspiran con sólo mirarlo. Y se pregunta cómo sería unirse a un bárbaro.
Gareth está decidido a probarle a su deliciosa esposa que él reserva su salvajismo sólo para el campo de batalla, no para el lecho matrimonial. Utilizará los más persuasivos métodos para atraer a la dama voluntariamente hacia sus brazos, y no puede esperar para probarlos todos. Pero aunque es un príncipe, le es imposible ofrecer a Tanon las galas a las que está acostumbrada y asegurarle que permanezca a salvo en su indómita tierra. Lo que sí puede garantizarle es un amor como ella jamás ha conocido.
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