Desde el accidente de coche que le causó una traumática lesión cerebral, Jason ha luchado por recuperar su memoria y la capacidad de organizar y controlar sus pensamiento y emociones.
Su prometedor futuro ha sido destrozado, y ahora trabaja como portero de noche en un edificio de oficinas y se aferra a la rutina para sobrellevar sus días.
La nueva abogada Anna sufre una crisis nerviosa una noche tras complicarse su primer caso en los juzgados. Las dudas sobre sí misma la hacen derramar lágrimas en un hueco de una desierta
escalera donde Jason la encuentra y ofrece palabras de consuelo. A partir de este inesperado encuentro comienza un inseguro romance. Una cita casual para tomar un café pronto conduce a una conexión más profunda y, eventualmente a una tórrida relación.
¿Pero serán los sentimientos de Jason y Anna que crecen el uno por el otro lo suficientemente fuertes como para superar el abismo social que existe entre ellos y los problemas muy reales de la discapacidad de Jason?
La tensión y las vacaciones en familia van juntos como el ponche y los bastones de caramelo.
Cuando la abogada Anna llega con su novio Jason a casa de sus padres para las fiestas, es una receta para el drama familiar. Sus padres tienen altas expectativas para su futuro. Y esos no incluyen la de conectar con un trabajador de una perrera que sufre de efectos de un accidente: una lesión cerebral traumática.
Con una memoria pésima y un pasado inestable, Jason sabe que él no es el premio. Pero lo que él y Anna tienen juntos no tiene precio. Una propuesta impulsiva en el camino a la casa de su familia parece ser la mejor manera de demostrar sus sentimientos hacia ella de que so9n para siempre. La vacilación de Anna al aceptar detiene su corazón. Y cuando parece que Anna está dispuesta a utilizarlo como venganza a su madre manipuladora, Jason se pregunta si él ha cometido el error de su vida.
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