Unholy Union - Natasha Knight

 

Los monstruos no se esconden en la oscuridad.

Cuando conocí a Damian Di Santo en un pasillo oscuro de la casa de mi familia, supe que era un monstruo.

Yo era una niña asustada.

Ya era un hombre.

Fue entonces cuando comenzó su retorcida cuenta regresiva.

Marcado por rosas muertas con espinas afiladas, pasaron ocho años cada uno acercándome a convertirme en suya. Hasta la víspera de mi decimoctavo cumpleaños.

Esa fue la noche en que regresó para reclamarme.

La circunstancia puso a Cristina en mi camino.

El destino la ató a mí.

Cristina y yo compartimos un pasado común. Una sola noche que cambió el rumbo de nuestras vidas.

Me preguntó si yo era un monstruo la noche que la conocí.

Lo soy.

Está a punto de aprender que soy su monstruo.

Porque la cuenta regresiva que comenzó hace ocho años ha terminado. Su tiempo se acabó.

Al filo de la medianoche, ella es mía.

Cristina

En esta casa de mentiras y mentirosos, detrás de cada puerta cerrada hay un monstruo al acecho.

Obligada a casarme con un hombre al que odio, ahora estoy unida a Damian. Hay algo entre nosotros que debe resolverse. No sé qué es. No sé si lo hace. Pero él y yo estamos encerrados juntos por algún extraño y sombrío propósito.

¿Lo sobreviviremos?

Puede que sí, ya que él es el que mueve los hilos.

¿Pero lo haré yo?

Damian

Mi hermano les dirá que usurpé su trono y tal vez lo hice, pero eso es una lástima.

Construí nuestra familia a partir de las cenizas. Volví a ponernos en la cima de la cadena alimentaria. Y casarme con Cristina fue tanto para cimentar mi lugar como para mantenerla a salvo.

Todavía no cree en esa última parte, pero veo cómo se aferra a mí en la oscuridad. Y la cerradura de su puerta es tanto para mantener fuera a los monstruos como para mantenerla dentro.

Sin embargo, le dije una mentira. Le hice una promesa que no estoy seguro de haber tenido la intención de cumplir. Le dije que la dejaría ir una vez que tuviera lo que quería.

Pero en un mundo de monstruos, la necesito como el hombre necesita aire. Y no tengo ninguna intención de dejarla ir.