Gwen
Club Toxic. El club más popular de la ciudad. Hay una fila que se extiende desde la puerta a la mitad de la cuadra hasta donde estoy estacionando mi auto.
Es la hora de la verdad. Ahora o nunca. Siempre he querido venir y finalmente he reunido el coraje para hacerlo y nada menos que sola. Bajo el espejo retrovisor y me retoco el lápiz labial por última vez. Me tiembla la mano y me mancho la mejilla con el color Ruby Woo de MAC. Bien hecho. Ahora parezco una chica en una película de asesinos, la linda virgen que muere de una manera horrible a la mitad de la película.
Intento quitarme la pintura roja de la mejilla con los dedos. Excelente. Ahora parezco la hermana menor del Guasón.
Después de diez minutos y un paquete de toallitas húmedas para bebés, me quité la mancha roja y me arreglé la cara. Me tambaleo cuando los tacones tocan el pavimento, pero no pasa nada porque caigo sobre mi Beetle amarillo. El vestido se me engancha entre la puerta y la carrocería cuando se cierra de golpe. ¡No!
Después de unos cuantos tirones, abro la puerta con desesperación, libero el vestido y regreso dando tumbos a la acera.
¡Éxito! Damas y caballeros, Gwen Hernandez salió del auto.
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