Cuando Chase se negó a casarse con ella, Jessie se juró hacerlo sufrir por todos los medios a su alcance. Pero él no era un hombre dispuesto a ser el juguete de nadie. La hermosa Jessie era capaz de manejar a cualquier hombre que se le acercara, así como era capaz de administrar las tierras heredadas de su padre asesinado. Pero Chase logró encaminarla hacia la frustración y la ira. Cuando los azares de la fortuna lo llevaron a recorrer medio mundo, comprendió cuán vacío era todo sin ella. Y aquella muchacha que en sus brazos supo ser mujer, conoció por fin cuál era el camino que su corazón le señalaba.
Jocelyn Fleming era una pelirroja llena de vida, que había enviudado después de un matrimonio demasiado breve con un anciano noble británico. Aunque rica y aristócrata padecía el dolor del deseo insatisfecho. Su inquieto corazón la condujo desde la cortés sociedad londinense hasta la peligrosa belleza del Oeste norteamericano.Colt Thunder era un rebelde, un solitario increíblemente atractivo, brutalmente imprevisible. En una tierra audaz e inmisericorde el choque de esos dos mundos tan diferentes, el potro salvaje del desierto y la intacta rosa de Inglaterra, causaría un devastador incendio de pasiones fronterizas que amenazaba con consumirlos a ambos.
Cerca del infierno...Con la esperanza de terminar con las antiguas enemistades entre dos familias vecinas, Cassie Stuart sólo logra arrojar leña al fuego. Ambos lados le han advertido que salga de Texas pronto... o quemarán el rancho de su padre. Lo que Cassie necesita es alguien que traiga paz, pero aparece a su lado un hombre que sólo trae muerte.Y cerca del paraíso...Le llaman Angel, un rudo y buen mozo pistolero y mercenario, con ojos tan negros como el pecado. No es deseado ni bienvenido por su desagradecida patrona. El preferiría que Cassie se las arreglara por sí misma. Sin embargo, un obstinado sentido del deber -y un deseo de probar la dulzura de sus labios- decide a Angel a buscar la anhelada meta: que Cassie lo desee, que clame por él y se entregue al infierno, o al paraíso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario