Su primera norma era no enamorarse nunca de una
sospechosa…
El agente especial Patrick O'Reilly no iba a permitir que la
belleza de Mackenzie Sloan le hiciera olvidar sus
obligaciones. Su aspecto inocente no significaba que fuera
incapaz de cometer un delito. Y después de vigilarla
durante varias semanas, casi se había convencido de que el
caso que estaba investigando era lo único que le
importaba. Sin embargo, cuando el caso puso a Mackenzie
en peligro, ya no pudo negar que sus obligaciones se
habían transformado en deseo.
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