Tristan, Duque de Shelbourne, es un hombre con una misión que cumplir: encontrar una esposa a la que pueda tolerar durante el tiempo que deban compartir sus vidas. El amor no es necesario… ni deseable. Pero, ¿cómo escoger entre una enorme y fastidiosa lista de candidatas ricas-pero-tontas? Contratando los servicios de una casamentera con reputación de correcta y formal… y pretendiendo convencerse después que ella no es la mujer más cautivadora que ha conocido.
Ayudar al diabólico duque a crear un concurso para que elija a su pareja perfecta es el tipo de desafío que más disfruta Tessa Mansfield. Sus métodos pueden ser escandalosos, pero está decidida a encontrarle más que una esposa al célebre soltero… le mostrará el verdadero amor. Sin embargo, cuando Tessa observa a las mujeres rivalizar por el afecto del Duque, anhela ganarse su corazón para ella. Y tras los besos robados que confirman el deseo de Tristan por ella, Tessa sabe que ha roto la regla número uno de las casamenteras: nunca enamorarse del novio.
Ayudar al diabólico duque a crear un concurso para que elija a su pareja perfecta es el tipo de desafío que más disfruta Tessa Mansfield. Sus métodos pueden ser escandalosos, pero está decidida a encontrarle más que una esposa al célebre soltero… le mostrará el verdadero amor. Sin embargo, cuando Tessa observa a las mujeres rivalizar por el afecto del Duque, anhela ganarse su corazón para ella. Y tras los besos robados que confirman el deseo de Tristan por ella, Tessa sabe que ha roto la regla número uno de las casamenteras: nunca enamorarse del novio.
Cuidado con los sinvergüenzas, granujas y canallas…
Lady Julianne Gatewick está en un apuro. Comenzó cuando el mejor amigo de su hermano —a quien ha guardado durante mucho tiempo un gran secreto— accedió a actuar como su tutor en la temporada, solo para seducirla después en medio de un atrevido vals.
Pero cuando la música se detuvo y la expectante sociedad esperaba que Marc Darce, el Conde de Hawfield, la reclamara como suya, él mostró su desinterés claramente. En lugar de sucumbir a la humillación, Julianne hizo lo que cualquier joven recientemente rechazada y con un perverso ingenio hace, secretamente y pluma en mano, escribe una guía que muestra a las damas como seducir a los granujas más impenitentes… y acaba siendo el más caliente escándalo en todo Londres.
Todo honorable canalla sabe que las hermanas de sus amigos están prohibidas, pero Hawk vislumbra en Julianne una chispa traviesa en sus ojos a la que no es capaz de resistirse. Intentó apartarla de su lado como pudo, pero pasa sus días escuchando su risa y las noches soñando con sus besos. Siempre había evitado a jóvenes inocentes y a madres que sólo tienen en mente encontrar al mejor marido para sus hijas, pero… ¿acaso un hombre que no tenía intención alguna de casarse habrá encontrado a la candidata ideal para ser su esposa?
Deseos escandalosos…
Amy Hardwick tiene una última temporada para quitarse de encima la imagen pública de florero que tiene y realizar un buen matrimonio por amor. Si no puede conseguirlo, deberá dejar a un lado sus románticos sueños y regresar a casa para buscar algún pretendiente que le proporcione al menos seguridad. Con lo que no cuenta es con la inapropiada e irresistible atención prodigada hacia ella, en una oscura biblioteca, por el extraordinario granuja Will “El Diablo” Darcett…
Diabólicos placeres…
Cuando Will es atrapado en un encuentro íntimo con la joven dama más tímida de la Alta Sociedad, sabe que debe pedir su mano. Sin embargo, Amy no es la tímida violeta que parece ser, la pasión yace bajo su remilgado exterior y Will está ansioso por liberarla. Pero ganarse a Amy no es simplemente una cuestión de seducción… primero deberá convencerla de que ha enmendado sus infames perversiones por ella.
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