Cuando Azalea debería sentir que lo tiene todo —hermosos vestidos, elegantes pretendientes, bailes llenos de danza—, se lo arrebatan. Todo. Y Azalea está atrapada. El Guardián la entiende. Él también está atrapado, contenido durante siglos dentro de las paredes del palacio. Así que le extiende una invitación.
Cada noche, Azalea y sus once hermanas tendrán permitido cruzar el pasaje encantado en su habitación para danzar en el bosque plateado del Guardián, pero hay un precio. Al Guardián le gusta guardar cosas. Puede que cuando Azalea se dé cuenta de lo enredada que está en su red sea demasiado tarde.
Cada noche, Azalea y sus once hermanas tendrán permitido cruzar el pasaje encantado en su habitación para danzar en el bosque plateado del Guardián, pero hay un precio. Al Guardián le gusta guardar cosas. Puede que cuando Azalea se dé cuenta de lo enredada que está en su red sea demasiado tarde.
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