Dos personas entregadas a lealtades distintas, opuestas, en pugna, se cortejan, se buscan: como dos espías que intentan obtener la información del otro.
Uno es un lord inglés, la otra una dama escocesa.
Ambos comprenden que juegan un juego peligroso; ambos comprenden que la atracción también surge de la rivalidad.
Después de años en la corte francesa, María Estuardo regresa a Escocia a reclamar su legítimo trono.
Las afrentas entre católicos y protestantes aún no han sanado, sino que recrudecen con la presencia de una reina ferviente católica en una isla en la que la población se ha convertido en su mayoría al protestantismo.
En ese clima de tensión, Isabel I de Inglaterra debe elegir a sus embajadores ante la corte de su prima, María Estuardo.
Convencida por uno de sus consejeros, Isabel decide enviar como secretario del embajador a sir Arthur Wolsey, hombre de mundo que conoce de batallas y de luchas, pero también de intrigas cortesanas y de seducción.
Una vez en la corte escocesa, comprende que nada es lo que parece, que las conspiraciones están a la orden del día.
También sabe que la forma de acceder a los secretos del trono es a través de lady Edith, la dama de compañía más cercana a María Estuardo.
La reina escocesa, consciente del interés de Wolsey por la joven dama, le pide que lo siga a sol y a sombra para conocer, a su vez, qué traman los ingleses.
Entre la atracción y el recelo, entre la solapada rivalidad y la diplomacia, ambos transitan una fina línea entre lealtad y traición.
Con una personalísima reconstrucción histórica, Mills Bellenden vuelve a Escocia, a las diferencias entre escoceses e ingleses y construye una trama que incluye anhelo, traición, pasiones, sensualidad y el debate entre la lealtad a una patria o a los propios deseos.
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