Kensey Lyons nunca ha sido “normal”. En su lugar, tiene una madre que vive en su cabeza, un padrastro que está en el camino de la muerte, y el estigma que viene con ser la hija de un amorío fuera del matrimonio. Escribir siempre ha sido su escape. Sabiendo que la recepción de sus libros será manchada con su vida personal, Kensey escribe en secreto bajo un sobrenombre cuando no está trabajando a tiempo parcial en el bar de su madrina. Su mundo puede no ser excitante, pero le gusta tal cuál es.
Cuando conoce al alarmante e irresistible hombre de negocios Blake Mercier, el golpe de atracción es inmediato. No le gusta. No quiere ser atraída a este hombre que es completamente peligroso, carga secretos oscuros y vive la vida bajo sus propias reglas. Ninguno de ellos hace una gran primera impresión en el otro, así que ella está más que sorprendida cuando él comienza a perseguirla con una sola idea que es desconcertante, emocionante y enfurecedora. Su instinto le dice que mantenga su distancia, pero Blake no la dejará escapar. No le dará su espacio.
Hay otra persona que no le dará su espacio. Alguien que ha descubierto el secreto de su sobrenombre y quién parece insistente en molestarla. Y mientras Kensey lucha para identificar a su persecutor, Blake está a su lado, determinado a mantenerla segura… porque Blake Mercier siempre se aferra a lo que es suyo. Siempre.
Juro Solemnemente que mis intenciones no son buenas
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