Delilah Howell creció en un pequeño pueblo de campo, pero siempre soñó con ir a la ciudad que nunca duerme. Aunque sabía que sus padres no lo aprobarían, se había hecho la promesa de que algún día iría. Había algo que tenía que encontrar.
Drake Weston está acostumbrado a conseguir lo que quiere. El problema es que no ha querido nada en mucho tiempo hasta que una dulce chica de campo cae en su regazo. Excepto que es la hija del hombre a quien él tiene en la más alta estima. Y Drake prometió mantenerla a salvo.
Charlotte Bloom es una chica de ciudad. Le gustan los tacones de aguja, las aceras y los Starbucks en cada esquina. No importa que le duelan los pies, las aceras agrietadas o que nadie en la cafetería recuerde su nombre. Las bocinas de los taxistas le dan una serenata mientras camina hacia el trabajo y el ritmo de la acción llena sus días, por lo que necesita que su jefe regrese a casa de la granja. Hay que firmar contratos. Dinero por ganar. Mucho trabajo por hacer y... Dios mío ¿Eso es una vaca?
Colton Blackwood es un hombre de campo. Quiere paseos lentos, besos lentos y hacer el amor lentamente, pero más que nada quiere eso con Charlotte. No importa que ella tenga miedo a los animales de granja o que le parezca sospechoso que el empleado de la tienda sepa su nombre. Sabe que el amor es el mismo si llevas un traje en la sala de juntas o un par de botas de vaquero en el rancho. El truco es convencer a Charlotte, pero sucederá porque Colton no aceptará nada más que a ella a su lado.
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