Miller “Buck” Butterson ha estado follando su paso por la vida desde que un disco le arregló los dientes frontales torcidos, y fue reclutado en NHL durante su primer año en la universidad. Después de cinco años bloqueando tiros en el hielo y anotándolos con conejitas de hockey a lo largo de Estados Unidos y partes de Canadá, Miller está listo para una novia. Una de verdad, no de la variedad de las conejitas. Una que lleve a citas y no salte a la cama después de cinco segundos de conversación.
Miller piensa que encontró a esa mujer en la hermana de su compañero de equipo. Excepto que, a diferencia de Alex Waters, central, capitán del equipo y un buen tipo en todos los aspectos —que casualmente sale con su hermanastra— la reputacición de mujeriego de Miller está bien ganada, y no explotada fuera de proporción por los medios. Más allá de ese detalle menor, Miller no sabe nada sobre tener una novia. Pero está determinado a hacer que suceda.
Lo que no tomó en consideración es la cantidad de tiempo y esfuerzo que requiere una relación, o que permitir constantemente que las conejitas se tomen selfies con él para subirlas en redes sociales no van a hacer que se gane puntos en el departamento de novios. Miller aprende —no tan rápìdamente— que si quiere hacer que Sunshine “Sunny” Waters se enamore de él, va a tener que hacer mucho más que mostrarle sus habilidades con el palo en la habitación.
Miller piensa que encontró a esa mujer en la hermana de su compañero de equipo. Excepto que, a diferencia de Alex Waters, central, capitán del equipo y un buen tipo en todos los aspectos —que casualmente sale con su hermanastra— la reputacición de mujeriego de Miller está bien ganada, y no explotada fuera de proporción por los medios. Más allá de ese detalle menor, Miller no sabe nada sobre tener una novia. Pero está determinado a hacer que suceda.
Lo que no tomó en consideración es la cantidad de tiempo y esfuerzo que requiere una relación, o que permitir constantemente que las conejitas se tomen selfies con él para subirlas en redes sociales no van a hacer que se gane puntos en el departamento de novios. Miller aprende —no tan rápìdamente— que si quiere hacer que Sunshine “Sunny” Waters se enamore de él, va a tener que hacer mucho más que mostrarle sus habilidades con el palo en la habitación.
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