Casi todos los días son un mal día cuando tienes veintisiete, tus tetas están empezando a caer, hay lineas arrastrándose alrededor de tus ojos, y te das cuenta que no le gustarías a nadie si supieran quién realmente eres.
Fig Coxbury está harta de su vida: su infiel ex esposo, su exceso de grasa en la cintura y, más que todo, su soledad.
Cuando Fig se encuentra por casualidad con Jolene Avery, la personificación de todo lo que ella siempre ha querido ser, Fig se hace su amiga de curiosidad.
Pronto Fig comienza a emular todos los aspectos de la vida de Jolene, porque cuando encuentras a alguien quien sabe exactamente quién es, no puedes evitar ser como ellos.
O, en el caso de Fig...convertirse en ellos.
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