Temerarios, sexis, y solteros: conoce a los Bomberos de San Gabriel. Estos bomberos podrían ser héroes, pero es su mala suerte con el amor lo que los hace legendarios.
La productora de noticias Melissa McGuire y el Jefe de los bomberos Harry Brody no podrían ser más diferentes, aunque tienen una cosa en común: ambos están convencidos de que son perfectamente erróneos el uno para el otro. Pero cuando la abuela casamentera de Melissa le gana una cita con Brody en una subasta de solteros…
Saltan chispas. Hay llamaradas de pasión. El calor sube.
Añade una maldición, una intrigante presentadora de noticias nocturnas, un increíblemente apuesto atrevido bombero, un niño valiente, un par de ex novios, y un enorme incendio a la mezcla, y el amor de Melissa y Brody no puede ser la única cosa que arde.
Ryan Blake fue suspendido de los bomberos de San Gabriel hace un año y medio por un acto temerario que casi mató a alguien. Ahora está de vuelta en San Gabriel, luchando para volver al equipo. Toma un trabajo en un local de mala muerte, el Hair Of The Dog, mientras estudia para el examen que le devolverá su puesto de trabajo.
Pero la verdadera prueba viene en forma de Katie Dane, gerente del bar. Katie se quedó atascada llevando el bar de la familia cuando su padre tuvo un ataque al corazón. El lugar está perdiendo dinero a lo bestia y el seguro está a punto de caducar. ¿Su solución desesperada? Quemar el lugar, recoger un millón de dólares. El único problema—poco sabe ella que su nuevo camarero es en realidad un bombero.
¿Pueden un bombero profesional y una aspirante a pirómana lograr a llevarse bien alguna vez? Más importante aún, ¿pueden mantenerse alejados el uno del otro y/o evitar arruinar las carreras de cada uno? Al parecer no. Esto es San Gabriel, después.
Pero la verdadera prueba viene en forma de Katie Dane, gerente del bar. Katie se quedó atascada llevando el bar de la familia cuando su padre tuvo un ataque al corazón. El lugar está perdiendo dinero a lo bestia y el seguro está a punto de caducar. ¿Su solución desesperada? Quemar el lugar, recoger un millón de dólares. El único problema—poco sabe ella que su nuevo camarero es en realidad un bombero.
¿Pueden un bombero profesional y una aspirante a pirómana lograr a llevarse bien alguna vez? Más importante aún, ¿pueden mantenerse alejados el uno del otro y/o evitar arruinar las carreras de cada uno? Al parecer no. Esto es San Gabriel, después.
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