Dos personas. Dos agendas. Dos juegos.
¿Qué sucede cuando El Chico del fútbol conoce a La Chica de la moda?
Como hija de la novia de Hollywood, Leah Veronica no puede ni comprar un café sin encontrar su rostro en algún puesto de revistas, así que no es de extrañar que esté lanzando su primer línea de moda en secreto. Debutando en la Semana de la Moda de Nueva York en solo menos de un mes, pasar tiempo extra bajo los reflectores es lo último que necesita.
El hijo del mejor mariscal de campo que alguna vez ha visto la liga, llenando los zapatos como el mariscal de campo de los Vipers de L.A. era inevitable para Corey Jackson. Así fue conocer a Leah Veronica; la primer chica en ponerlo sobre su culo sin despeinarse.
Conseguir a la guapa, quisquillosa rubia en su cama se convierte en su meta principal. Pero alejar al sexy, presumido jugador de fútbol se convierte en la de Leah, al menos hasta que ella se da cuenta que la mejor forma de hacerlo es darle lo que él quiere.
Si solo fuera así de simple.
Cuando Corey descubre quien es ella, y fotografías privadas de los mejores de Hollywood son filtradas en línea, todo lo que pensaban es lanzado en confusión.
Y cuando los secretos son expuestos y corazones son destrozados, ellos tienen que averiguar si han sido sorprendidos por el amor o la realidad, y si vale la pena correr la yarda extra para ganar el juego que nunca tuvieron intención de jugar.
¿Qué sucede cuando El Chico del fútbol conoce a La Chica de la moda?
Como hija de la novia de Hollywood, Leah Veronica no puede ni comprar un café sin encontrar su rostro en algún puesto de revistas, así que no es de extrañar que esté lanzando su primer línea de moda en secreto. Debutando en la Semana de la Moda de Nueva York en solo menos de un mes, pasar tiempo extra bajo los reflectores es lo último que necesita.
El hijo del mejor mariscal de campo que alguna vez ha visto la liga, llenando los zapatos como el mariscal de campo de los Vipers de L.A. era inevitable para Corey Jackson. Así fue conocer a Leah Veronica; la primer chica en ponerlo sobre su culo sin despeinarse.
Conseguir a la guapa, quisquillosa rubia en su cama se convierte en su meta principal. Pero alejar al sexy, presumido jugador de fútbol se convierte en la de Leah, al menos hasta que ella se da cuenta que la mejor forma de hacerlo es darle lo que él quiere.
Si solo fuera así de simple.
Cuando Corey descubre quien es ella, y fotografías privadas de los mejores de Hollywood son filtradas en línea, todo lo que pensaban es lanzado en confusión.
Y cuando los secretos son expuestos y corazones son destrozados, ellos tienen que averiguar si han sido sorprendidos por el amor o la realidad, y si vale la pena correr la yarda extra para ganar el juego que nunca tuvieron intención de jugar.
Tres personas. Tres motivos. Tres razones.
Macey Kelly ha renunciado a los hombres. A menos que entren y salgan de su apartamento y su vagina más rápido de lo que pueden darle un orgasmo, no le interesan. Descubrir que su novio de tres años dejó embarazada a su prima fue un golpe total a su confianza. Afortunadamente para Macey, la confianza es algo que tiene en abundancia, por lo que todo lo que el golpe bajo de Mitch hizo fue volverla bastante cínica con los hombres.
Lo último que Jack Carr necesita al comienzo de la temporada es que una belleza morena de cabello oscuro y sexy como el pecado consuma sus pensamientos. El fútbol americano es su vida, lo cual no deja tiempo para chicas. A menos que sean del tipo ámalas y déjalas. Convertirse en uno de los mejores corredores que la liga ha visto y acumular yardas es su principal prioridad, y no acostarse con Macey Kelly a pesar de su afinidad con las mamadas y su abandono sexual total. Evitarse es la solución perfecta, pero cuando tus mejores amigos tienen una relación seria de vivir juntos, esa no es una opción. A veces, el sexo es la opción más fácil. Y la más dulce.
Hasta que Mitch aparece con una bomba que podría destrozar la vida perfectamente tallada de Macey. Ha pasado un año, pero él no la va a dejar ir, no ahora que tiene la oportunidad de recuperarla. Y él conoce sus puntos de presión. Cada uno de ellos. Desafortunadamente para él, Jack Carr no es un perdedor. El corredor estrella tiene su ojo en Vince Lombardi y en Macey. Pero verla colgar entre ellos no es algo que le guste, no cuando descubre por qué está en contra de algo más, como dice ella.
Macey rápidamente se da cuenta de que está pasando el balón entre dos equipos desesperados pero opuestos, y que solamente uno de ellos puede anotar el touchdown. Pero, ¿el hombre con el que vivió y amó durante tres años será el ganador, o lo será el tipo que la entiende y hace que su cuerpo cobre vida?
En este juego, alguien será dejado de lado.
Cuatro personas. Cuatro metas. Cuatro finales.
Las reglas del juego que nadie sabía que tendrían que jugar son difusas, y cuando el pasado se convierte en el equipo contrario, los corazones no son lo único en juego de perderse... Encontrar fotos de su mejor amiga desnudas en el teléfono de su novio no estaba en el plan a cinco años de Everleigh White. Tampoco regresar a Los Ángeles, la ciudad de los sueños que nunca logró hacer los suyos realidad. Solo hay tantos años que puedes estar enamorada de tu mejor amigo antes de darte cuenta de que nunca te va a querer, después de todo. Si solo su ex dejara de aparecer en el gimnasio donde trabaja, sería mucho más feliz.
Ser padre a los diecinueve años no era como Reid North, el receptor abierto de los Vipers, imaginaba que su vida iría, pero cuando su ex novia lo engañó para ser padre, lo aceptó. Finalmente. Ahora, con su ex a punto de ser liberada de prisión, tiene la custodia total de su hijo de siete años, Leo. El fútbol y Leo no han dejado a Reid tener citas... Hasta que Everleigh regresa.
Su mejor amiga de toda su vida, Everleigh nunca supo que Reid la amaba. Ella se fue antes de que él pudiera decírselo. Ahora ella está de vuelta frente a él, y él no la dejará ir. Incluso si todo lo que consigue es su amistad nuevamente. Pero en una ciudad como Los Ángeles, los sueños se hacen realidad cuando menos lo esperas.
También las pesadillas.
Con sus exes golpeando sus puertas con demandas y explicaciones, su relación vacilante y en construcción se ve amenazada en cada esquina. Corren un grave riesgo de ser interceptados por el pasado, y ese es un balón que Reid está decidido a atrapar.
Excepto que la desesperación puede conducir a la estupidez, y Reid pronto se da cuenta de que no puede atrapar cada balón, sin importar cuán perfectamente se lo arrojen. Esta vez un balón suelto podría costar más que unos pocos puntos.
Podría costarle todo.
Las reglas del juego que nadie sabía que tendrían que jugar son difusas, y cuando el pasado se convierte en el equipo contrario, los corazones no son lo único en juego de perderse... Encontrar fotos de su mejor amiga desnudas en el teléfono de su novio no estaba en el plan a cinco años de Everleigh White. Tampoco regresar a Los Ángeles, la ciudad de los sueños que nunca logró hacer los suyos realidad. Solo hay tantos años que puedes estar enamorada de tu mejor amigo antes de darte cuenta de que nunca te va a querer, después de todo. Si solo su ex dejara de aparecer en el gimnasio donde trabaja, sería mucho más feliz.
Ser padre a los diecinueve años no era como Reid North, el receptor abierto de los Vipers, imaginaba que su vida iría, pero cuando su ex novia lo engañó para ser padre, lo aceptó. Finalmente. Ahora, con su ex a punto de ser liberada de prisión, tiene la custodia total de su hijo de siete años, Leo. El fútbol y Leo no han dejado a Reid tener citas... Hasta que Everleigh regresa.
Su mejor amiga de toda su vida, Everleigh nunca supo que Reid la amaba. Ella se fue antes de que él pudiera decírselo. Ahora ella está de vuelta frente a él, y él no la dejará ir. Incluso si todo lo que consigue es su amistad nuevamente. Pero en una ciudad como Los Ángeles, los sueños se hacen realidad cuando menos lo esperas.
También las pesadillas.
Con sus exes golpeando sus puertas con demandas y explicaciones, su relación vacilante y en construcción se ve amenazada en cada esquina. Corren un grave riesgo de ser interceptados por el pasado, y ese es un balón que Reid está decidido a atrapar.
Excepto que la desesperación puede conducir a la estupidez, y Reid pronto se da cuenta de que no puede atrapar cada balón, sin importar cuán perfectamente se lo arrojen. Esta vez un balón suelto podría costar más que unos pocos puntos.
Podría costarle todo.
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