sábado, 21 de enero de 2017

Guardianes Eternos - Elisabeth Naughton


Pelo oscuro, comprometido con la causa y mortalmente engañoso. Es el líder de los Argonautas, un grupo de guardianes de élite que defienden el reino inmortal de las amenazas del Inframundo.
Desde el momento que entró en el club, Casey supo que ese hombre era diferente. Los hombres como él simplemente no existían en la vida real —sedoso cabello largo hasta los hombros, pecho increíblemente amplio, y una actitud depredadora que supuraba oscuridad y peligroso. Estaba buscando algo. A ella.
Era la única. Tenía la marca. Casey tendría que morir para que su especie pudiera vivir, y era deber de Theron cumplirlo. Pero incluso como descendiente de Hércules, no era lo suficientemente fuerte como para resistir la atracción de sus insondables ojos, para arrancarse a sí mismo lejos del calor de su cuerpo.


El más temido de todos los Guardianes Eternos. Se rumorea que no se le puede matar, y siempre lucha como si no tuviera nada que perder. Pero como descendiente del famoso héroe Aquiles, debe tener alguna vulnerabilidad… en alguna parte.
Las fuerzas de los demonios se han reunido y roto las barreras que separan el Inframundo del mundo terrenal. Ahora más que nunca los Guardiane Eternos son necesarios para proteger, tanto su reino como el humano. Zander no puede permitirse el lujo de pensar en lo que podría haber pasado con la fascinante curandera que una vez consideró su alma gemela. Pero con la enormidad de la eternidad extendiéndose ante él, no puede dejar que vaya pasando el tiempo sin la única mujer que le hace sentir vivo. Tal vez ha encontrado su debiloidad después de todo...


Es el gigantesco y meditabundo guerrero que sus compañeros Guardianes evitan. Demasiado oscuro. Demasiado peligroso. Y considerando su herencia, sabe que es mejor que se mantenga alejado de todos sus compañeros de armas.
Isadora ha desaparecido. Las palabras tamborilean frenéticamente en su cabeza. Para su propia protección, Demetrius ha hecho todo lo que podía para evitar a la frágil princesa, su compañera del alma. Y ahora ella se ha ido… ha sido secuestrada. Para recuperarla, tendrá que regresar al oscuro palacio que siempre ha rechazado en su alma.
Cuando los daemons devastan el reino humano y su lealtal hacia los Guardianes es puesta a prueba definitivamente, Demetrius se da cuenta que Isadora es más fuerte de lo que él pensaba. Y el dejar finalmente que ella entre en su corazón puede ser la única manera de salvarlos a ambos.


Para la mayoría de él es un enigma, un pícaro diablo que hace lo que quiere cuando quiere. Ahora bien, esta bomba de relojería es parte de los Guardianes Eternos -una élite de guerreros encargados de proteger al reino de los humanos- le guste o no.
Orfeo tiene un solo objetivo: rescatar a su hermano del Inframundo. Él no está esperando que una mujer se atraviese en el camino. En especial, no una sirena tan hermosa como Skyla. Él no tiene idea de que es una asesina enviada por Zeus para seducirlo, atraparlo, y a continuación y en última instancia, acabar con él.
Sin embargo, Skyla misma podría ser la que más tiene por perder. Hay una razón por la que Orfeo se siente tan familiar con ella, una razón por la cual su cuerpo lo anhela. Tal vez él no es el hombre que todo el mundo piensa... La verdad podría revelar un secreto mortal tan antiguo como los propios Guardianes Eternos.


Después de ser rescatado del Inframundo, Gryphon es acosado por extrañas voces y un mal presentimiento. Cree que su única esperanza de salvarse es localizar a la diosa que le maldijo… hasta que conoce a Maelea.
Una prisionera sin barrotes, Maelea se encuentra con Gryphon en su búsqueda por encontrar el Olimpo. Él está a punto de poner a prueba su lealtad hacia los dioses y ella está lista para descubrir si Gryphon tiene aún un corazón que merezca la pena salvar…


Para la mayoría su don parece ser una bendición, pero para él es una maldición que los demás Guardianes Eternos  esos que protegen el reino mortal de las amenazas del inframundo  buscan explotar. Uno que con mucho gusto cambiaría por la oportunidad de ser libre.
Obsesionado. Su toque es como una droga. Desde el momento en que la conoció. Titus supo que era diferente. Incluso peligrosa. Aunque sus hermanos guardianes están convencidos de que Natasa trabaja para Hades. Titus no puede dejar de pensar en ella. No puede dejar de fantasear con ella. No puede dejar de anhelar lo único que sabe que podría dar lugar a la caída de su mundo.
Poseído. Frente a detener a Natasa o unirse a lo que busca ella, Titus cae en la tentación y se ve inmerso en un mundo de lujuria, engaño y traición mortal diseñado por los dioses. Su toque  únicamente el de ella  lo libera de sus obligaciones, pero el deseo sólo puede condenarlo. Porque antes de que termine tendrá que decidir qué es más importante: El deber y el honor hacia aquellos que él juró defender, o una mujer que muy bien podría ser la mayor maldición para todos ellos.

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