Nunca subestimes el poder de un peón.
Mi vida parecía bastante perfecta hasta que cumplí doce años. Entonces todo se vino abajo con un desmayo, una visita al médico y un diagnóstico que me sacudió hasta lo más profundo. Ahora, a los diecisiete, me envían a un nuevo país y a una nueva escuela sin el apoyo de mi padre. Me enfrento a una maraña de mentiras y verdades que me pondrán a prueba y amenazarán con doblegarme, pero nunca he sido de las que se echan atrás.
Mi vida parecía bastante perfecta hasta que cumplí doce años. Entonces todo se vino abajo con un desmayo, una visita al médico y un diagnóstico que me sacudió hasta lo más profundo. Ahora, a los diecisiete, me envían a un nuevo país y a una nueva escuela sin el apoyo de mi padre. Me enfrento a una maraña de mentiras y verdades que me pondrán a prueba y amenazarán con doblegarme, pero nunca he sido de las que se echan atrás.
Los Reyes de la Academia Wayward ponen sus ojos en mí y comienza la partida de ajedrez.
Somos los Reyes de la Academia Wayward, pero esta escuela no es como otras para asquerosos ricos con actitudes pretenciosas. Las familias más despiadadas del mundo han asistido a Wayward durante generaciones. El terreno es neutral, fuertemente vigilado, y las leyes mantenidas por una organización invisible a la que nadie se atreve a enfrentarse.
Pero, el aburrimiento, para gente como nosotros, es una enfermedad mortal. Una que suele acabar mal para cualquiera que caiga en nuestra trampa.
Entonces llega la princesa, Ren Davies, la chica nueva. Armada con su lengua afilada y su aspecto llamativo, hace que todos la miren de reojo. Nunca he conocido a nadie con una vena intrépida como la suya. Era inevitable que atrajera nuestra atención. Comienza el juego y se hacen las apuestas. ¿Qué rey ganará?
Hay algunos juegos que nunca fueron hechos para ser ganados.
Próximo libro: Defiant Knight (sin portada revelada)
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